jueves, 9 de septiembre de 2010

Eduardo Galeano

La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Walking around





Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
navegando en un agua de origen y ceniza.

El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.

Sin embargo sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío.

No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tripas mojadas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos,
aterido, muriéndome de pena.

Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas.

Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos
colgando de las puertas de las casas que odio,
hay dentaduras olvidadas en una cafetera,
hay espejos
que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,
hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.

Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloran
lentas lágrimas sucias.


Pablo Neruda

viernes, 3 de septiembre de 2010

Sin ti a mi lado

Letra: Ismael Serrano 
Música: Ismael Serrano



Estoy cansado de hacer el mismo recorrido, el mismo trabajo, 
ver las mismas caras, los mismos paisajes, sin ti a mi lado. 
Mi vida, poco a poco, se va llenando de esos días 
tristes, grises y opacos, que uno omite en su biografía.


Cansado de ir cada noche a los mismos bares, 
buscándote aunque sé que no estás, que no voy a encontrarte. 
Cansado de ir cada noche lamentando tu ausencia, 
directamente a tu altar para hacerte una ofrenda.


Mañana será tarde si vienes a buscarme. 
Mira en tu buzón, dejé un mensaje. 
No todo está perdido, encuéntrate conmigo, 
tú bien conoces el camino.


A esas horas, en las que casi todos engañan a sus amantes, 
casi siempre encuentro un buen momento para asesinarme. 
Y entre muerte y muerte miro a la ventana, 
con la vana esperanza de ver que Madrid se consume entre llamas.


Tú quizás mientras busques un horario perdido 
o cantes una canción para dormir a un niño. 
Tú quizás mientras busques en horarios perdidos 
la letra de una canción que yo te he escrito.


Mañana será tarde si vienes a buscarme. 
Mira en tu buzón, dejé un mensaje. 
No todo está perdido, encuéntrate conmigo, 
tú bien conoces el camino.

Mañana será tarde si vienes a buscarme.


jueves, 2 de septiembre de 2010

Todos los días un poco


Si una estrella más cayó
este cielo llora
si nadie reclama luna y luz
este mar ya se secó.

Si un beso es uno más
esta boca espera
si una campana no suena
el silencio se durmió.

Llaman y llaman
las flores al sol
juegan y juegan
todos los días al amor
si no me llamás
como hace la flor
te iré olvidando
todos los días un poco.

Si otro rbol desnudó
el verano muere
si nadie le exige al viento
esta nube aquí paro.

Si un año m s pasó
la vida es m s corta
si no sacudes al tiempo
ni un intento queda en vos.

Llaman y llaman
las flores al sol
juegan y juegan
todos los días al amor
si no me llamas
como hace la flor
te iré olvidando
todos los días un poco.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Balada para un loco

Música: Astor Piazzolla
Letra: Horacio Ferrer
Las tardecitas de Buenos Aires tienen ese qué sé yo, ¿viste? Salís de tu casa, por Arenales. Lo de siempre: en la calle y en mi... Cuando, de repente, de atrás de ese árbol, se aparece él. Mezcla rara de penúltimo linyera y de primer polizonte en el viaje a Venus: medio melón en la cabeza, las rayas de la camisa pintadas en la piel, dos medias suelas clavadas en los pies, y una banderita de taxi libre levantada en cada mano. ¡Ja, ja! Parece que sólo yo lo veo. Porque él pasa entre la gente, y los maniquíes le guiñan; los semáforos le dan tres luces celestes, y las naranjas del frutero de la esquina le tiran azahares. Y así, medio bailando y medio volando, se saca el melón, me saluda, me regala una banderita, y me dice...


Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...
No ves que va la luna rodando por Callao;
que un corso de astronautas y niños, con un vals,
me baila alrededor... ¡Bailá! ¡Vení! ¡Volá!

Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...
Yo miro a Buenos Aires del nido de un gorrión;
y a vos te vi tan triste... ¡Vení! ¡Volá! ¡Sentí!...
el loco berretín que tengo para vos:

¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!
Cuando anochezca en tu porteña soledad,
por la ribera de tu sábana vendré
con un poema y un trombón
a desvelarte el corazón.

¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!
Como un acróbata demente saltaré,
sobre el abismo de tu escote hasta sentir
que enloquecí tu corazón de libertad...
¡Ya vas a ver!

Y, así diciendo, El loco me convida
A andar en su ilusión super-sport,
y vamos a correr por las cornisas
¡con una golondrina en el motor!

De Vieytes nos aplauden: "¡Viva! ¡Viva!",
los locos que inventaron el Amor;
y un ángel y un soldado y una niña
nos dan un valsecito bailador.

Nos sale a saludar la gente linda...
Y El loco, loco mío, ¡qué sé yo!,
provoca campanarios con su risa,
y al fin, me mira, y canta a media voz:

(Canto)

Quereme así, piantao, piantao, piantao...
Trepáte a esta ternura de locos que hay en mí,
ponete esta peluca de alondras, ¡y volá!
¡Volá conmigo ya! ¡Vení, volá, vení!

Quereme así, piantao, piantao, piantao...
Abrite los amores que vamos a intentar
la mágica locura total de revivir...
¡Vení, volá, vení! ¡Trai-lai-la-larará!


¡Viva! ¡Viva! ¡Viva!
¡Loco él y loca yo!
¡Locos! ¡Locos! ¡Locos!
¡Loco él y loca yo!